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Medios de comunicación españoles de manera permanente intentan dar una imagen aviesa de Venezuela ante el mundo, «con el uso de la mentira, tergiversación e incluso el insulto, especialmente hacia la figura del presidente, Nicolás Maduro», pero estas maniobras fracasaron de nuevo este domingo, con la entrevista que el jefe de Estado concedió al periodista Jordi Évole, indicó el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.
En un editorial difundido en la emisión meridiana de La Noticia, en VTV, refirió que diarios como ABC y El Mundo han querido mostrar a una oposición fortalecida en Venezuela, a pesar de sus fracasos electorales a lo largo de este año, y a un Presidente «dictador», a pesar de ser defensor de la democracia.
Esta falsa matriz pretendió imponerse el 16 de julio de 2017, cuando «la oposición venezolana protagonizó una consulta completamente inconstitucional que no estaba avalada o regida por el único órgano electoral que existe en el país, el Consejo Nacional Electoral», indicó Rodríguez.
En esa oportunidad, «aunque las calles estuvieron vacías y los toldos que montaron estuvieron desiertos, con una foto angelical de la señora Lilian Tintori», esposa de Leopoldo López, quien cumple arresto domiciliario por delitos como instigación a delinquir, ABC pretendió imponer el falso éxito de la autollamada Mesa de la Unidad con este titular: «Exhibición de fuerza de la oposición».
Al contrario, recordó Rodríguez, al día siguiente de la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), con una participación récord de más de ocho millones de personas, ABC colocó en su portada del 31 de julio una foto de la explosión de una bomba colocada por agentes de la derecha venezolana -que impulsó una espiral de violencia por cuatro meses- con el siguiente titular:»»Maduro encubre con violencia y represión el fracaso de su Constituyente».
Esa misma intención primó en la entrevista que Évole hizo a Maduro para el programa Salvados, transmitido el canal de televisión español La Sexta, de la corporación Atresmedia, a la que pertenece el canal internacional Antena 3. Pero el nuevo intento por mostrarlo como dictatorial vuelven a fracasar, pues el mandatario soportó la ferocidad del entrevistador, refirió el ministro.
«Como bestias sedientas de sangre, los medios de comunicación españoles, la gran mayoría, esperaban esta entrevista frotándose las manos, suponían que el presidente Nicolás Maduro lograría ser sacado de sus casillas por las más de 100 preguntas que le hiciera este periodista», dijo el Ministro.
La entrevista se hizo en un espacio del Palacio de Miraflores con poca iluminación, por supuestas fallas técnicas de los equipos de producción del programa, lo que contribuyó a una la puesta en escena «diseñada para dar un ambiente de tenebrosidad». Sin embargo, el pueblo español a través de la redes sociales reconoció la fuerza del presidente venezolano y retó al periodista a dirigirse con el mismo tono a su presidente, Mariano Rajoy.
El ministro de Comunicación recordó que en el mismo espacio, el Presidente español se molestó en vivo e invitó a Évole a moderar el tono de sus preguntas.
«Évole se quedó callado porque si le hubiese hecho a Rajoy las preguntas que le hizo a Maduro, estaría enfrentado a los tribunales penales en España, que son muy estrictos en el manejo del trato a dignatarios y el Presidente», dijo Rodríguez.
Los rastros de un mundo al revés
La entrevista hecha a Maduro fue vista por tres millones 615.000 españoles, con un incremento de sintonía para Salvados de 17.9 % en el encendido de este programa en comparación con el domingo anterior, cuando estuvo dedicado a Siria.
Ante la alta sintonía, aunada a las respuesta en redes sociales frente a la posición del mandatario venezolano, que aceptó públicamente ser entrevistado por Évole, al diario español El Mundo no le quedó sino admitir en su titular: «Salvados: la entrevista más perseguida de Jordi Évole no atrapó a Nicolás Maduro».
Rodríguez recalcó que se trata de un abordaje mediático que evidencia, como diría Eduardo Galeano, «el mundo al revés», donde los dictadores «defienden la democracia y dan entrevistas completamente libres a cualquier periodista, incluso si viene con intención hostil, y donde los demócratas queman gente viva para evitar que voten».
FUENTE: Agencia Venezolana de Noticias.
