Opinión

7.Sep.2015 / 09:54 am / Haga un comentario

Estamos en la era Bicentenaria, período histórico de construcción de nuestro Socialismo Bolivariano, que se constituye en la continuación y concreción victoriosa de las luchas emancipatorias lideradas por Bolívar hace 200 años. Período cuyos hitos marcó el Comandante Supremo Hugo Chávez -19 de abril de 2010 hasta el 17 de diciembre de 2030- como referencias temporales para la construcción de las bases materiales y espirituales de nuestro socialismo.

Período histórico en el que vamos como pueblo recreando en nuestras condiciones actuales de ofensiva revolucionaria y contraofensiva imperialista en Venezuela y el continente, las luchas y la obra de los hombres y mujeres que con su heroísmo y sacrificio nos liberaron de las cadenas del colonialismo español hace 200 años.

El Comandante Hugo Chávez nos recordó la grandeza de nuestra historia y su utilidad como arma de lucha fundamental para hacer realidad nuestra propuesta libertaria y socialista, sacó a Bolívar y a nuestros próceres del mármol de las estatuas y de los actos de los salones protocolares para ponerlos hombro a hombro con nuestro pueblo en las luchas actuales contra la explotación capitalista y por el socialismo.

En esa línea de conducta celebramos en estos momentos el Bicentenario de la Carta de Jamaica, uno de los documentos fundamentales del Libertador Simón Bolívar, escrito el 6 de septiembre de 1815 en Kingston, capital de esa nación caribeña, a donde había ido a parar luego de la caída de la Segunda República, a manos de las huestes de Boves y Morales y en momentos en que llegaba a nuestro continente la llamada expedición pacificadora dirigida por el Mariscal Pablo Morillo.

Como se ve, Bolívar escribe este documento en condiciones personales y políticas sumamente difíciles, proscrito por las autoridades españolas, cuestionado por muchos de los jefes militares de la Independencia y con una derrota política y militar a cuestas de carácter estratégica. No obstante, se impone ante las dificultades el optimismo y la voluntad de vencer del revolucionario. Optimismo y voluntad que están cimentados en una base crítica objetiva, en una valoración de las condiciones concretas en las que se desenvuelve la lucha en el continente en el año 1815.

Tal como lo hizo en el Manifiesto de Cartagena antes, analizando las causas de la caída de la Primera República, en la Carta de Jamaica Bolívar reafirma algunos de esos conceptos, pero va más allá, demostrando el profundo conocimiento del continente y del carácter de los habitantes de cada una de sus regiones el Libertador no sólo caracteriza a cada uno, sino que hace un ejercicio de prospectiva política para concluir en la propuesta unitaria como única alternativa válida para que el Nuevo Mundo se presentara en el escenario de las naciones con una fuerza tal (política, moral, cultural y militar) que le permitiera jugar un papel protagónico en la edificación de lo que él mismo llamara “el nuevo equilibrio del universo”..

Sobre este documento el historiador Indalecio Liévano Aguirre ha dicho:

Historiadores, sociólogos, hombres de Estado y poetas se han detenido con asombro ante este formidable documento político que, escrito por un pobre desterrado, sin medios ninguno para obrar ni casi para subsistir, describe con sin igual profundidad los problemas políticos del Nuevo Mundo, analiza con intuición profética las características presentes y futuras de las distintas nacionalidades americanas –de México, el Perú, Centroamérica, Argentina, Venezuela y la Nueva Granada-, y formula soluciones cuya magnitud y acierto apenas ahora comienzan a comprenderse. Su visión de una América unida en una gran confederación de naciones libres y guiadas por aspiraciones internacionales comunes, apunta en esta Carta de Bolívar por primera vez, y ante ella el lector no sabe qué admirar más: si la grandeza del propósito o el contraste entre la magnitud del ideal soñado y las modestas y adversas condiciones en que se debatía quien tuvo el valor intelectual y moral de concebirlo.” (Liévano Aguirre, Indalecio. Bolívar. Ministerio de Educación, Caracas, 1974. P. 163)

Esa visión Bolivariana de una América unida tendrá su primera expresión fáctica casi diez años después con la convocatoria que hizo el Libertador al Congreso Anfictiónico de Panamá, apenas dos días antes de la resonante victoria de Ayacucho que cerró el ciclo de la dominación española en el continente. Como se sabe, el Congreso Anfictiónico fracasó debido a que fue saboteado en su convocatoria por Francisco de Paula Santander y su facción anti bolivariana en connivencia con el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Doscientos años después, retomamos el camino que nos trazó Bolívar en la Carta de Jamaica. Con el Comandante Supremo de nuestra revolución Hugo Chávez al frente, avanzamos con ese objetivo de unión y grandeza de nuestras naciones: La CELAC, UNASUR, Petrocaribe y la ALBA, son expresiones concretas de esa obra que aunque todavía está inconclusa construimos a diario enfrentando y derrotando la contraofensiva reaccionaria del imperialismo, enemigo principal de la humanidad y del mundo de justicia y libertad que soñó el Libertador.

Cuando celebramos 200 años de la Carta de Jamaica, también celebramos en Montego Bay, Jamaica, los diez primeros años de Petrocaribe, con el camarada Nicolás Maduro al frente, todo un símbolo que el camino que trazó Bolívar en la Carta de Jamaica y continuó Chávez, aun sigue vigente.

Caracas, 6 de septiembre de 2015

Fuente: Página oficial del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)

 

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